viernes, 5 de enero de 2024

Incorpóreo


 



Dejo la mente en blanco:
aparecen dibujos
que solo los pinta el éter.

Emergen esbozos
que solo adivinan las estrellas.

Hay visionarias metáforas
que nunca serán entendidas.

Presiento que hay señales
que solo captan 
los espíritus más sensibles.

Presagio que hay sonidos
que solo perciben
las almas más elevadas.

Aquí dentro,
en lo mundano del conocimiento,
están todas las incógnitas.

Aquí dentro
solo hay interrogantes,
sospechas y vacilaciones.

Ahí fuera, 
más allá de lo tangible.
hay otras posibilidades.

Ahí fuera
está la clarividencia
con sus manos extendidas.

Ahí fuera,
sobre el fulgor astral,
viajan en bandadas las aves.

Ahí fuera,
si miramos a los ojos de los perros,
vemos representada la bondad. 

Ahí fuera
hay un soplo de espera
e indicios de respuestas.

Doy paso a la imaginación.



Ángel Mora de las Heras

miércoles, 20 de diciembre de 2023

El viaje de la vida


 



El viaje de la vida:
un habitáculo
de mudanzas y metamorfosis.

Un trayecto de muebles,
libros, nóminas, fotos, 
aromas y variopintos objetos.

Una muda de recuerdos,
melancolías, alegrías,
sueños, pensamientos o panoramas.

Una muda de seres queridos.
Una muda entrelazada de pasiones,
de deseos, de juegos, de adivinanzas.

Y en esa muda deshojada,
con sus pautas de avatares,
se filtran las metamorfosis.

Metamorfosis
que tamizan su desahogo
en brújulas y mapas del destino.

Metamorfosis
de atuendos, etiquetas,
máscaras y vientos prosélitos.

Metamorfosis que nos aclaran:
las peores jaulas para la mente
son las jaulas sin cerraduras.

A veces las metamorfosis,
ataviadas de pausas y quietudes,
albergan amables equilibrios.






Ángel Mora de las Heras




jueves, 23 de noviembre de 2023

Aquí están


 






Presiento una luz en la página en blanco:
nuevas letras, nuevos esbozos, nuevas palabras.


Empiezo a pronunciarme
sobre los insondables huecos creativos.


Trato de regresar a esos paisajes
donde está ausente el esperpento de la vida.

Aquí no están las voces humanas que copian, que imitan, que repiten idolatrados ecos.

Aquí no están el negro y el blanco, sino los matices sepias de la diversidad.

Aquí no están los gritos que enturbian
los apacibles efluvios del río.

Aquí no están los monótonos hábitos
que cancelan el vuelo al disidente.

Aquí está la calma
de estos atrevidos contrastes y tonos:
los filtros donde se respira libertad.

Aquí está la sensorial danza de las anátidas,
las siluetas leñosas e inspiradoras de los chopos.

Aquí está la roca tejida de musgo,
en su equilibrio, en su armonía vegetal.

Todo está fuera o dentro de nosotros:
ser jaula o ser libre.





Ángel Mora de las Heras 






Las dos partes


 




Son tan tenues los hilos de la vida:
de la hilarante risa al sollozo,
de la colmada felicidad a la tristeza.

Y en ese intervalo,
cuando se pierde a un ser querido,
es cuando se ve la nimiedad materialista.

Y te das cuenta,
aunque el tiempo nos confunda al despiste,
del pueril apego a la avidez material.

Que las cosas se alternan:
los abedules dejarán partir sus sámaras,
el frío abrirá el paso a la primavera.

Que la vida,
como un trasiego de caminos,
tiene pausa, inicio, desenlace y tregua.

Que el destino,
ataviado de mil rostros,
desnuda nuestras grandezas y ruindades.

Y yo,
como un simple visitante,
sigo observando el asombro de los días.




Ángel Mora de las Heras


martes, 7 de noviembre de 2023

Bucólica paz


 





Me he tumbado sobre la levedad
de la pausa de la concordia.

Los ciclos de la naturaleza
se desvelan con ojos estoicos.

Las orquídeas no tienen prisa
en hacerse más mayores.

Los quejigos siguen ahí:
no corren, no gritan, no discuten entre ellos.

No hablan las piedras
en el idioma de la ira de los combates.

No se odian la lluvia y el céfiro.
No rivalizan los fresnos con los álamos.

Sigo tumbado
sobre esta silente mansedumbre.

Desde el suelo se aprecian
invitaciones de herbazales al diálogo.

Desde el suelo veo pasar a un zorro.
No hay inquietud: porta la misma mirada pacífica que la mía.

Ahora miro al cielo de los deseos:
un cúmulo de astros suplica el fin de todas las guerras.






Ángel Mora de las Heras

jueves, 12 de octubre de 2023

Oasis


 





Me he acercado hasta el río
para buscar las palabras imposibles.

Se vislumbran los silencios,
los trazos, los matices, los ecos,
los claroscuros de la vida.

Despierta...
la imperfección de los días
en forma de contrastes y acentos.

Se visibilizan, entre las ondas,
lapidarios reflejos acuáticos:
las ideologías son las cárceles de la mente.

Las ocas, mientras tanto,
acicalan sus rutinarias pausas
sobre corales piedras sin nombres.

Sigo en ese apacible remanso del río.
Ahora asoman los nenúfares y las persicarias.
Ahora afloran los pensamientos libres.

Todo en el contorno,
con apariencia de sigilosos esbozos,
flota y se libera.





Ángel Mora de las Heras



jueves, 27 de julio de 2023

Buddy







Tan distinta el aura de la tierra.
Tan distinto el conticinio de las noches.

Ahora vaga tu silente espíritu
por los espacios etéreos de la añoranza.

Hay nostalgia de tus miradas,
de tus lamidos, de tus corales aullidos.

Ya no volveré a ver tus andanzas
por los canchales y encinares de la dehesa.

Ya no veré tu silueta danzarina
en armonía con los arbustos y las flores.

Ya no veré tu patita alzada
sobre los alcorques de arces, olmos y castaños.

Se extraña todo:
los silencios, el aire, las nubes, los espacios.

Se extrañan las complicidades,
los juegos al escondite, los paseos,
los olisqueos sobre la hierba.

Se extrañan las habitaciones,
las baldosas, los cuadros, los sillones.

Se extrañan hasta los ecos
de tus ladridos de bienvenida.

Se extraña tu lealtad, tu nobleza,
tus gestos perrunos de bondad.

Y allá en el cielo,
sobre el solaz del destino,
brillarán tus bondadosos ojos y tu alma.

Te quiero, nos querías, te querremos.
Y en ese cariño lleno de reciprocidad:
siempre tu familia.




Ángel Mora de las Heras