jueves, 29 de octubre de 2020

Luna de otoño


 



Solo, 
retirado
en esa parte
temblorosa
de la nostalgia.

El paisaje
se anticipa
para silenciar
mi voz.

El otoño
pide un gesto
para deshojar
esta larga
incertidumbre.

Las nubes 
pasan de largo.
Los besos 
solo acarician
remembranzas.

Solo la luna
trae consuelo
ante tantas
evocaciones.



Ángel Mora de las Heras 

viernes, 23 de octubre de 2020

Otoño nostálgico


 







Tengo la aquiescencia del bosque
para ser invisible por unos momentos.
Ahora podré ver a los duendes
entonando sigilosas arias.
Ahora podré caminar
de la mano de zorros y cérvidos.
Más allá —del espacio y del tiempo—
podré observar los otros detalles.
Ahora percibo sonidos, resplandores,
aleteos mimetizados de quietud.

Vuelvo al hábito visible
de ese bosque entrañable y otoñal.
El verde se ha descompuesto
en pardos, amarillos y rojizos.
Un aullido lejano reclama
un territorio con olor humano.
Mis pies no pasan inadvertidos
al pisar la estridente hojarasca.
Abajo, sobre el ocre manto
de la tierra,
suspira la nostalgia.

¿Qué pensarán los animales?
¿Qué pensarán de nosotros?






Ángel Mora de las Heras

 

jueves, 1 de octubre de 2020

Sin pertenencia


 

¡Qué lejos estoy de estos, 
de esos y de aquellos!

Lejos de esas ambigüedades
que delatan imprudencias.
Lejos de esos dogmas
al son de gregarias danzas.
Lejos de cincelados fanatismos
y de sectarias consignas.
Lejos de esos ritos
bautizados de sangre.

Y tan cerca de esas puertas
sin cerrojos ni bisagras.
Y tan cerca de ese abejaruco
posado en una rama sin nombre.
Y tan cerca de esas aves
que viajan sin banderas ni mapas.
Y tan cerca de ti, de mí
y de esos espíritus sin etiquetas.

¡Qué cerca estoy
de esas nubes sin dueño!







Ángel Mora de las Heras