sábado, 29 de octubre de 2022

Remembranzas









Y entonces,
como parte del destino,
todo se queda impregnado de grabados.

Pasas páginas,
intentas subir peldaños...
Pero el recuerdo me devuelve a la superficie.

Y entonces,
con un cómplice aleteo de párpados,
empiezo a visualizar objetos y fragancias.

Me pongo, me quito...
Y regreso al vetusto aroma
de habitaciones perfumadas de cantueso.

Y entonces,
casi sin pretenderlo,
vuelvo a las tenues luces de las velas.

Entro en pasillos
de claroscuras siluetas.
Y mis ojos contradicen los espacios.

Y tal vez,
sobre coquetas de espejos rotos,
vea cavidades restauradas.

O me exhorte a buscar en mi interior:
brisas de paz, de equilibrios y templanza.
Y desear quietud de coetáneos instantes.



Y tal vez,
cuando bata las alas del último aliento,
se avive una luz sobre mi alma.





Ángel Mora de las Heras






 

domingo, 23 de octubre de 2022

Gratitud


 




Estas nubes grises
traen una invitación
de acuosa y húmeda nostálgia.

Atisbo páginas otoñales
—tras los diáfanos vidrios—
repletas de silente intimidad.

Cadencias de mesuras
se impregnan de simetrías
y aletargados ósculos.

Me empieza a sobrecoger
esta cancelación de las prisas,
esta ausencia de barahúnda.

Me empieza a cautivar
esta anulación de los muros,
de las modas y estereotipos humanos.

Me empiezan a hechizar
estas grietas que dejan ver,
estos poros abiertos a la creatividad.

La hojarasca, entre tanto, yace en el suelo.
De su impasible descomposición:
brotan los misterios de la vida.

Al otro lado,
junto al río de la conciencia,
se sortean aleatorios los destinos.

Desde mi ventana
le doy las gracias a los hongos,
al río, a los árboles, al humus.
Le doy las gracias a todos los animales.





Ángel Mora de las Heras